• 28 JUL 20

    Masticar bien puede ayudarte a prevenir enfermedades

    Cómo masticamos afecta directamente a la salud de nuestros dientes y encías

    Es un clásico en el manual de toda madre: “Niño, mastica bien la comida”. En esta ocasión, se trata de un consejo más que justificado. El proceso de alimentación comienza al masticar los alimentos en nuestra boca; un primer paso que debemos dar correctamente o, de lo contrario, no sólo podría afectar a la digestión, sino también a la salud de nuestra boca.


    ¿Por qué es fundamental masticar bien?

    La digestión de cualquier alimento se inicia en la boca, mientras masticamos. Triturar bien la comida, dedicándole unos 30 segundos, ayuda a que nuestro cuerpo absorba correctamente en el intestino todos los nutrientes necesarios, pero, además, ayuda a cuidar la salud de nuestros dientes y encías, y todo gracias a un fluido fundamental en nuestro día a día: la saliva. 


    ¿Qué ocurre si no masticamos lo suficiente?

    Masticar correctamente los alimentos nos permite generar saliva, y a su vez, ésta produce ptialina, una enzima que ayuda a descomponer los hidratos de carbono y a eliminar bacterias que pueda contener la comida. La primera finalidad de la masticación es preparar el bolo alimenticio para la deglución. 


    Sin embargo, si no troceamos la comida con los dientes, no produciremos suficiente saliva, por lo que enviaremos directamente los alimentos al aparato digestivo. Por lo tanto, otros órganos tendrán que hacerse cargo de la descomposición de éstos, lo que dificultará que nuestro cuerpo pueda separar las toxinas de los nutrientes. Si ocurre de esta forma, tendremos más riesgo de sufrir intoxicaciones con mayor frecuencia y facilidad. Asimismo, podríamos sufrir desequilibrios de los niveles de acidez que hay en el estómago, lo que se traduce en reflujos, acidez estomacal y gastritis.


    Por otro lado, al no producir tanta saliva, no estaremos saboreando los alimentos, ya que esta cumple una función importante a la hora de detectar los sabores y disfrutar de cada bocado. 


    Masticar bien protege nuestra boca frente a enfermedades

    Al producir saliva conseguimos que los restos de alimentos y microorganismos no se adhieran tan fácilmente a los dientes, por lo que la placa bacteriana lo tendrá más complicado para hacer de las suyas. 


    Por otro lado, la masticación estimula la producción de células inmunes que están especializas en combatir las bacterias y hongos que entran en la boca y las encías, por lo que nos ayuda a mantenerla fuera de peligro. Concretamente hablamos de los linfocitos Th17, unas células del sistema inmunitario que previenen las infecciones bacterianas y fúngicas de la boca.


    ¿Y si masticamos más tiempo del debido?

    Los extremos no suelen ser buenos. Al igual que masticar poco los alimentos puede traernos problemas, masticarlos demasiado, también. Por una parte, podría sobrecargar y dañar los músculos maseteros, además de terminar erosionando nuestros dientes a largo plazo; y, por otra, sobreestimulará los linfocitos Th17, que en exceso pueden provocar la aparición y desarrollo de la enfermedad de las encías (periodontitis).