Diastema: ¿Es imprescindible cerrarlo?
No debemos provocarnos este hueco entre las “paletas” si no lo tenemos de forma natural
Brigitte Bardot y Madonna lo tienen. También artistas españoles como Dani Martín o Quim Gutiérrez. El diastema es ese espacio tan característico que algunas personas tienen normalmente entre los dos incisivos centrales superiores que comúnmente llamamos “paletas”, aunque puede estar en otros lugares. Para algunos se ha convertido en todo un fenómeno estético, hasta el punto de querer provocárselo para lograr una apariencia más juvenil. ¿Es esto una práctica recomendable? Y si tenemos un diastema de forma natural, ¿deberíamos cerrarlo? Sigue leyendo para salir de dudas.
El diastema anterior es un rasgo muy característico en los niños que suele ir corrigiéndose con el paso del tiempo, conforme van sustituyéndose los dientes de leche por la dentición definitiva. No obstante, también puede originarse por otras causas que sí precisan de un tratamiento en caso de que sea conveniente cerrarlo.
¿En qué casos hay que cerrar el diastema?
Como norma general es aconsejable cerrarlo y, sobre todo, nunca crearlo a propósito cuando no se tiene de manera natural. Así lo recomienda la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO). No obstante, el ortodoncista es el profesional que puede valorar la idoneidad de cerrar o no el diastema después de comprobar el estado de la mordida y las posibles incidencias que pueda estar teniendo este hueco en el resto de la boca.
Si tienes un diastema y no te gustaría cerrarlo por una cuestión estética, debes tener en cuenta que no se trata exclusivamente de un tema estético, sino principalmente funcional y de salud ya que una mala oclusión puede acarrear problemas muy diversos, como dolores de espalda, mandíbula y cuello, dificultades en la masticación y la digestión, etc. Por ello, lo más recomendable es visitar al ortodoncista para conocer qué es lo mejor para tu salud.
¿Qué tratamientos son los más habituales para cerrar el diastema?
Los tratamientos para cerrar el diastema son muy variados y su elección dependerá de cada caso en particular. A continuación, esbozamos las principales causas del diastema y los tratamientos que suelen realizarse en función de ellas:
- Microdoncia (tamaño de dientes pequeño). Estos casos, se combinan ortodoncia y odontología restauradora para cerrar el diastema. En ocasiones también podemos recurrir a tratamientos con carillas dentales.
- Pérdida de molares. La pérdida de algún diente en la parte posterior de la boca puede provocar que el resto se desplace, creando huecos o diastemas donde antes no los había. En estos casos suele recurrirse a los implantes dentales.
- Frenillos labiales demasiado grandes. Es el caso más frecuente y suele precisar un abordaje ortodóncico y quirúrgico (frenectomía) para la eliminación del frenillo.
Aunque estos son los tratamientos más habituales, insistimos en que es el ortodoncista quien sabrá elegir el más adecuado para tu caso concreto.