• 17 ABR 19

    Caries del biberón: qué es y cómo prevenirla en tu bebé

    Es una enfermedad infecciosa que ataca a los dientes de leche de forma muy agresiva

    Se propaga con gran rapidez. Por eso los dentistas la llamamos “caries rampante”, aunque es más conocida como “caries del biberón”. Es una enfermedad infecciosa que ataca de forma agresiva y rápida a los dientes de leche de los niños de corta edad. En este artículo vamos a contarte cómo identificarla, qué la provoca y, lo más importante, cómo prevenirla.


    Aún hay quienes subestiman la importancia de los dientes de leche y piensan que no es tan grave que la caries del biberón los ataque ya que terminarán cayéndose para dar paso a los definitivos... Sin embargo, esto es un error. El niño no pierde los dientes de leche hasta los 5 ó 6 años, por lo que necesita tenerlos sanos para comer o hablar correctamente. Además, las infecciones que sufren estos dientes se transmiten a la dentición permanente, e incluso los primeros guían a los segundos para que erupcionen correctamente. Por tanto, es fundamental prevenir la caries del biberón en los dientes de leche para la buena salud bucodental presente y futura del niño.


    Cómo detectarla

    El síntoma más evidente de la caries del biberón es la aparición de manchas blancas en los dientes, especialmente en los superiores delanteros. Estas manchas terminan oscureciéndose hasta volverse amarillentas o negruzcas.


    La causa más común de este tipo de caries es la exposición prolongada y frecuente de los dientes del niño a bebidas que contienen azúcar. De hecho, la “caries del biberón” recibe este nombre porque aparece, sobre todo, en niños que suelen dormir con el chupete impregnado en sustancias azucaradas (miel, mermelada, leche condensada, etc.) o tomando biberón con leche o zumo. Cuando esto ocurre, los azúcares se acumulan con facilidad en los dientes, formando una placa bacteriana que encuentra durante la noche un ambiente propicio para atacar: menor flujo de saliva y, por tanto, un esmalte más desprotegido, y muchas horas por delante para crecer rápidamente.


    Sin embargo, existen otros factores que fomentan la aparición de la caries rampante:


    • Una deficiente higiene oral. Al bebé hay que limpiarle las encías desde su nacimiento, al menos una vez al día, con una gasa o paño húmedo, y preferiblemente después de cada toma. Con la aparición del primer diente de leche (aproximadamente a los 6 meses), debemos iniciar la higiene con un cepillo de dientes ultrasuave y sin pasta dental, por la mañana y por la noche.


    • Consumo frecuente de carbohidratos, especialmente entre comidas.


    • Colonización temprana de la caries. Por lo general, las bacterias de la caries las transmiten los propios padres a través de la saliva: cuando se meten la cuchara del bebé en la boca, cuando chupan su chupete para limpiarlo… Cuanto más retrasemos este contagio, mejor. 


    Qué hacer para prevenirla

    Afortunadamente, la buena noticia es que la caries del biberón se puede prevenir controlando los factores de riesgo que hemos mencionado. Es clave que, como padres, nos concienciemos y siempre limpiemos la boca de nuestro bebé tras cada ingesta, poniendo mucha precaución en no dormirlo con el chupete o tetina del biberón impregnados en sustancias con alto potencial cariogénico. Por supuesto, es muy recomendable que la primera visita del bebé al dentista se haga entre los 6 y 12 primeros meses de vida para identificar y controlar a tiempo posibles problemas.