Alveolitis seca tras extracción dental
Esta complicación postoperatoria puede resultar dolorosa, pero no suele durar más de dos semanas
Una extracción dental es un procedimiento sencillo que no tiene por qué presentar ninguna complicación. Y, si hubiera alguna, casi siempre suele darse durante el postoperatorio. Una de las más comunes es la alveolitis seca, una alteración en la cicatrización de la herida.
Ocurre cuando el coágulo sanguíneo que normalmente se forma tras una extracción, no se desarrolla con normalidad, se desplaza o se disuelve antes de que la herida haya cicatrizado. En esos casos, la cavidad donde se encontraba el diente queda abierta, sin protección, dejando el hueso y los nervios al descubierto. Esta situación puede llegar a provocar en el paciente un dolor muy intenso, no solo en la propia cavidad, que además está expuesta a llenarse de restos de alimentos, sino a través de los nervios que se extienden por todo el costado del rostro.
No obstante, y a pesar de lo incómodo y doloroso que pueda llegar a resultar, la alveolitis seca no dura demasiado; en un plazo de entre diez y quince días suele recuperarse el tejido por si mismo. Eso sí, es fundamental que visites a tu dentista desde el primer momento para que te ofrezca el tratamiento adecuado para aliviar tu dolor y agilizar este proceso. Puede consistir en:
• Limpieza del lugar de la extracción y colocación de un apósito medicado en el orificio.
• Cambiar el apósito a diario hasta que disminuya el dolor y el alvéolo comience a curarse.
• Recetar un medicamento antiinflamatorio no esteroideo, como el ibuprofeno, u otros antiinflamatorios más potentes según la sintomatología.
¿Cuáles son los síntomas de una alveolitis?
No hay duda de que estás padeciendo una alveolitis si a los dos o tres días de la extracción dental comienzas a sentir los siguientes síntomas:
• Dolor intenso en el lugar de la extracción o en una zona que puede abarcar desde la cavidad hasta los oídos, los ojos, la sien o el cuello.
• Pérdida parcial o total del coágulo sanguíneo (se nota porque la cavidad queda vacía, seca).
• Hueso visible en la cavidad.
• Mal aliento u olor desagradable que proviene de la boca.
• Sabor desagradable.
Me van a extraer un diente, ¿puedo prevenir una alveolitis?
La alveolitis es una complicación difícil de prever, aunque hay algunos factores de riesgo que hacen que la incidencia aumente como por ejemplo el tabaquismo, la toma de anticonceptivos orales o haber padecido previamente esta dolencia, así como infecciones en dientes y encías. Por ello se suelen indicar algunas pautas que colaboran con la correcta cicatrización de la zona y disminuyen las probabilidades de sufrir una alveolitis seca.
1. Antes de la intervención: si eres fumador, deja de fumar o reduce al máximo tu consumo, y avisa al odontólogo de cualquier medicación que estés tomando.
2. Después de la intervención: cuidados posoperatorios. Soluciones antisépticas para la herida, tomar antiinflamatorios pautados por el facultativo. Además, tras la extracción de una pieza dental se recomienda:
- Tomar líquido. Se aconseja beber grandes cantidades de agua. Nada de bebidas azucaradas, alcohol o cafeína.
- Evitar hacer deporte de impacto o esfuerzo físico en las primeras 48 horas.
- Alimentación. Durante los primeros días se recomienda el consumo de alimentos blandos y tener especial cuidado con la temperatura; elige alimentos fríos o tibios y mastica del lado de la extracción.
- Limpieza bucal. Puedes lavarte los dientes, pero debes evitar la zona de la extracción. Ahí debes esperar a que pasen las 24 primeras horas para enjuagar suavemente con agua salada tibia o clorhexidina.
La alveolitis seca es una afección que afecta entre al 3 y al 5 % de los pacientes, aumenta cuando se localiza en el maxilar posterior, con la edad y mayor consumo de tabaco. Y como suele ocurrir en casi todas las enfermedades bucodentales, en la prevención está la clave para mantenerse fuera de ese porcentaje. Por ello, es fundamental mantener una buena higiene dental y realizar visitas periódicas a tu dentista.